sábado, 17 de noviembre de 2007

MEDICINA CELULAR: UNA DEFENSA BIOLOGICA CONTRA EL CANCER SIN EFECTOS SECUNDARIOS

La mayoría de los pacientes no fallecen por el tumor que se forma en un órgano, p. ej., el hígado, sino por la proliferación de las células cancerígenas en su organismo (metástasis).
Por lo tanto, si se quiere luchar con éxito contra el cáncer hay que evitar que se produzca la mutación y expansión de las células cancerígenas dentro del organismo.

Justo este objetivo dicen haberlo conseguido el Dr. Rath y su equipo de investigadores: bloquear la proliferación de las células cancerígenas con sustancias naturales y sin efectos secundarios perjudiciales, con independencia del órgano en el que haya comenzado a formarse el cáncer.

Los nutrientes esenciales pueden detener la proliferación del cáncer en el organismo.
Antes de pasar a exponer en detalle el mecanismo en el que se basa la defensa biológica contra el cáncer, es importante conocer las características más importantes de las distintas células, cancerígenas con independencia de su origen o del tipo de célula del que se trate:

El aumento incontrolado de las células.
Los factores hereditarios que se encuentran registrados en el núcleo de la célula pueden modificarse a través de distintos factores de influencia (p. ej. medicamentos, tabaco, radiaciones) de tal forma que las células mediante la “desprogramación del software de la célula“ alojado en el núcleo de la célula, comienzan a multiplicarse de forma incontrolada, lo que conduce a la formación de tumores.

La producción desenfrenada de enzimas que digieren el colágeno. La segunda característica típica de una célula cancerígena es la producción continua e incontrolada de enzimas que digieren el colágeno (colagenasas). Con ayuda de estas colagenasas, las células cancerígenas pueden salir del tumor, romper el tejido conjuntivo que las rodea, introducirse en los vasos sanguíneos y linfáticos y expandirse por todo el cuerpo para formar tumores metásticos (metástasis) en otros órganos. Cuantas más enzimas que digieren el colágeno mayor producción de células cancerígenas, con más rapidez se forma la metástasis y peor es la evolución de la enfermedad cancerígena.

Los nutrientes esenciales más importantes para frenar y controlar el cáncer son la vitamina C y los aminoácidos lisina, prolina y arginina, los minerales selenio, cobre y manganeso, así como la N-acetilcisteína y los polifenoles (determinadas sustancias naturales que se encuentran en el té verde).

Esta combinación de nutrientes esenciales naturales se ensayó a fondo en el Instituto de Investigación de Medicina Celular Dr. Rath en los EE.UU. Estos nutrientes esenciales se combinan de manera óptima en lo referente a su composición y concentración y, por lo tanto, presentan una sinergia biológica, es decir, los efectos se refuerzan de forma recíproca.
Así es como funciona la defensa biológica contra el cáncer.

La medicina celular influye de forma decisiva en todas las fases de la defensa biológica contra el cáncer:
Se inhibe la proliferación de células cancerígenas (metástasis).
Se inhibe selectivamente el crecimiento del tumor.
Se detiene selectivamente el crecimiento de los vasos sanguíneos que abastecen al tumor.
Se favorece selectivamente la necrosis de las células cancerígenas.

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